Existen indicios suficientes como para afirmar que la parte penetrada o pasiva en el acto sexual (considerada como femenina) era vista negativamente por ir en contra de la ley universal de la Maat, el concepto abstracto de equilibrio y justicia cósmicos propio de la antigua civilización egipcia; mientras que sobre la parte penetradora o activa (considerada como masculina) no se sabe a ciencia cierta si era desaprobada a ojos de la sociedad.
Los documentos arqueológicos son pocos "pero todos hablan de sodomizaciones de dominio total en que, claramente, el penetrador es visto como positivo y la parte penetrada siempre es humillada”, sentencia el arqueólogo y profesor de egiptología la Universitat Autònoma de Barcelona Marc Orriols i Lloch, en una entrevista concedida a Dos Rombos.
“Desde el punto de vista del hombre patriarcal es una humillación muy grande porque se te convierte en mujer”
En la mitología egipcia es conocido el mito entre los dioses Seth y Horus, en que el primero intentó violar al segundo en una lucha por la dominación del territorio egipcio; pero sobre los eventos que sucedían de forma cotidiana en la antigua sociedad egipcia se conoce que los soldados de los ejércitos, tras una batalla, sodomizaban a los prisioneros vencidos para humillarlos.
“Estamos hablando del vencedor, del hombre fuerte, del hombre hegemónico que penetra analmente al vencido. En el fondo, lo está feminizando, lo está convirtiendo en mujer porque lo copula como tal. Desde el punto de vista del hombre patriarcal es una humillación muy grande”, explica Orriols. De hecho, “los términos empleados en la escritura para denominar al hombre penetrado y a la mujer son muy parecidos”, indica.
Estas prácticas no dejan de ser violaciones en las que, según matiza el egiptólogo, “no se perseguía el goce físico sino que el único fin era la humillación del prójimo”. Pese a todo, es una práctica “documentada en otras culturas y no exclusiva del antiguo Egipto”.
“Es lo que es y todo lo demás es automático, aprendido y un discurso hegemónico”
“Cuando sacaba el tema del sexo anal con mis amigas y amigos siempre había una negación, había el discurso de que duele y no te escuchan para nada. No son capaces de ver esa opción como tangible, como otro punto erógeno. El vídeo lo grabé para ellos y para aportar mi granito de arena para que la gente se anime a definir su autopercepción erótica”, comenta Sánchez a Dos Rombos. Sobre el vídeo, dice que “yo intenté abordarlo de manera natural porque es lo que es. Todo lo demás es automático, aprendido y un discurso hegemónico”.
El vídeo se estructura en dos partes: En la primera, Sánchez hace un pequeño análisis socio-cultural en el que intenta explicar las razones por las que existe un estigma en cuanto a esta práctica; mientras que en la segunda lanza consejos prácticos para quienes nunca la hayan experimentado.
El youtuber recalca que habla de su experiencia propia en todo momento porque “yo no tengo la formación suficiente como para tratar el tema de una manera objetiva” y mantiene que el valor de sus vídeos reside fundamentalmente en las emociones y la personalización.
Anteriormente, cuando el influencer sacaba este tema y veía una reacción negativa “sencillamente dejaba de hablarlo. Me lo quedaba para mí, para disfrutar yo y ya está”, cuenta. Según opina, es una reacción parecida a la que se suele tener ante la homofobia: “hasta que tú consigues sacarlo y proyectarlo hacia afuera te lo guardas para ti”, asegura.
En el antiguo Egipto es probable que sucediera lo mismo, pues “evidentemente se ve que era una sociedad homófoba y yo creo que difícilmente un individuo homosexual podría -como se dice actualmente- salir del armario ante la presión de una sociedad que era muy patriarcal y muy hetero-normativa. Incluso yo no sé si el individuo sería capaz de ver su propia homosexualidad”, declara el egiptólogo.
De hecho, Orriols defiende que es lo que sucede en el Egipto actual puesto que la ley islámica o Sharia condena la homosexualidad y, según se pregunta a sí mismo, “¿Es que no hay homosexuales en Egipto?, Claro que los hay, pero no pueden ante una presión social patriarcal tan fuerte”.
Entorno opresor
Anteriormente, cuando el influencer sacaba este tema y veía una reacción negativa “sencillamente dejaba de hablarlo. Me lo quedaba para mí, para disfrutar yo y ya está”, cuenta. Según opina, es una reacción parecida a la que se suele tener ante la homofobia: “hasta que tú consigues sacarlo y proyectarlo hacia afuera te lo guardas para ti”, asegura.
En el antiguo Egipto es probable que sucediera lo mismo, pues “evidentemente se ve que era una sociedad homófoba y yo creo que difícilmente un individuo homosexual podría -como se dice actualmente- salir del armario ante la presión de una sociedad que era muy patriarcal y muy hetero-normativa. Incluso yo no sé si el individuo sería capaz de ver su propia homosexualidad”, declara el egiptólogo.
De hecho, Orriols defiende que es lo que sucede en el Egipto actual puesto que la ley islámica o Sharia condena la homosexualidad y, según se pregunta a sí mismo, “¿Es que no hay homosexuales en Egipto?, Claro que los hay, pero no pueden ante una presión social patriarcal tan fuerte”.
Sánchez, que vive en España (país donde las disidencias sexuales y de género no están castigadas por la ley), confiesa sentir que el entorno es igualmente opresor y señala que “en mi casa mis padres son abiertos de mente pero tienen ese tipo de comentarios de vez en cuando. El entorno te lo tienes que crear tú porque muchas veces la sociedad no te lo va a dar”.
Cada uno debe tener la iniciativa de buscar la información que le permita conocerse mejor y tomar sus propias decisiones sin que interfieran los prejuicios sociales, mantiene el joven, porque “sino el mundo te va a querer apagar constantemente”.
Texto: José Cabrera
Vídeo ‘El melocotón’ de Solely Daniel:
Por cierto, Solely Daniel también nos cuenta que ha decidido autocensurar su vídeo empleando términos vegetales (melocotón o garbanzo, por ejemplo) en lugar de los reales (culo y pezón) a fin de evitar problemas con la plataforma de vídeos YouTube.
Sin embargo, sí empleó las palabras reales en las etiquetas para el SEO y en la caja de descripción; donde ofreció una bibliografía recomendada a sus suscriptores. Por esto último YouTube le ha obligado a censurar ambas cosas y, además, ha desmonetizado esta pieza de su canal (no recibirá ningún tipo de ingreso económico derivado de las visitas que tenga).
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